Un cielo blanco oscuro envuelve la ciudad.
Incertidumbre del mañana, incertidumbre del ayer.
El hoy, el ahora, sintiendo un poco más quién es, sabiendo un poco menos de todo.
…
Sigue tumbado en su cama mientras el fuego se apaga.
Su compañera, la soledad, ardiente a su lado.
El color de las brasas, el color de su pecho, de su espalda.
Un corsé incandescente, sin protección.
Negro, nulo y a la vez vivo, emanando energía.
…
Volcanes… ya ha pasado tanto de aquél indecible…
— El tiempo sigue sin existir —
No nace, no muere, no finge, no vive.
¿Perder la razón?
Libertad, gozo, tristeza, locura, miedo, alegría, dolor, coraje, pena… y todo cobra un sentido, todo es real, aunque le queme.
—Tampoco existe la razón—
El eterno retorno. Comienzo y fin nunca fueron opuestos.
— Los opuestos, tampoco —